Cuida de tus relaciones con la CNV

A menudo nos sucede que cuando nos expresamos no lo hacemos con el tono, la forma o el mensaje adecuados. Entonces no llegamos a transmitir lo que queremos y es habitual que dé lugar a malentendidos, roces y un desgaste de las relaciones a largo plazo.

Se habla mucho de la asertividad como remedio para una adecuada comunicación ya que resulta muy efectiva, pero como veremos más adelante, no suficiente. Os comparto la que me parece la mejor definición del término.

«Asertividad es expresar lo que siento y quiero, a la persona indicada, en el momento y lugar oportuno, con las palabras precisas y el tono adecuado, respetando mis derechos y los derechos de los demás, asumiendo mi responsabilidad  (las consecuencias) y sin sentimiento de culpa»

Probablemente hayas oído hablar menos sobre la CNV (comunicación no violenta). Esta, implica entender todo el proceso comunicativo y los elementos subyacentes.

Marshall Rosenberg es quién acuñó este término a inicios de los años sesenta con el deseo de aportar más compasión y comprensión a las relaciones humanas.

Se trata de un modelo de asertividad y de empatía que permite expresarnos desde lo que observamos, sentimos, necesitamos y queremos pedir (Asertividad) y, por otro lado, estando con los demás “entendiendo” lo que observan, sienten, piensan y nos piden (Empatía).

Este modelo parte de la base que no todos los problemas del mundo se pueden resolver, sin embargo, podemos trabajar para no «romper puentes».

El objetivo de este post es llevar la CNV a situaciones cotidianas con ejemplos para que puedas aplicarlo en tu vida, mejorando la calidad y asegurando la perdurabilidad de tus relaciones.

Veamos el proceso de la CNV yendo de lo más evidente, los hechos, a lo menos visible, las necesidades;

  1. Las acciones concretas que observamos que afectan nuestro bienestar (HECHOS)
  2. Cómo nos sentimos en relación a lo que observamos (SENTIMIENTOS)
  3. Las necesidades, valores, deseos, etc. que crean nuestros sentimientos (NECESIDADES)
  4. Las acciones concretas que requerimos para enriquecer nuestras vidas (PETICIÓN)

En primer lugar, observamos lo que otros dicen o hacen. El truco está en ser capaz de articular esta observación sin introducir ningún juicio o evaluación.
A continuación, indicamos cómo nos sentimos cuando observamos esta acción: ¿estamos heridos, asustados, felices, irritados? En tercer lugar, decimos que necesidades están conectadas a los sentimientos que hemos identificado y en cuarto y último lugar realizamos una petición muy concreta. Este cuarto componente enfoca lo que deseamos que la otra persona haga para enriquecer nuestras vidas.

En este video resumen puedes ver gráficamente todo el proceso.

Antes de realizar la petición debemos entender que los sentimientos se despiertan porque hay necesidades no cubiertas y debemos identificarlas bien. Las necesidades, igual que los sentimientos, podemos agruparlos en bloques como vemos en la siguiente imagen:

Captura

Pongamos un ejemplo sencillo que nos ha ocurrido a todos alguna vez y veamos cómo aplicar la dinámica de la Comunicación no Violenta.

Situación: Alguien a quién estamos esperando llega tarde.

Prueba a aplicar los pasos del proceso tal y como se indica en la tabla.

Captura 2

Para finalizar te voy a hablar con un ejemplo personal reciente de como aplico en mi día a día la CNV y los beneficios que me aporta.

Participé en un proceso de selección para una vacante en el área de recursos humanos de una empresa. Los hechos fueron que durante la entrevista, la mánager me transmitió la importancia del trato al candidato y de darle feedback del proceso porque eso tenía un impacto relevante en el employer branding de la compañía. No podía estar más de acuerdo (soy consciente que aquí estoy metiendo una evaluación).

Sigamos con los hechos…Quedamos que me comunicaría durante la próxima semana si avanzaba en el proceso y yo esperé el tiempo que consideré oportuno, una semana, para comunicarme de nuevo con ella y consultarle sobre la evolución del proceso. No obtuve respuesta así que lo dejé pasar con un ligero sentimiento de enojo, malestar e incomprensión ya que no entendía porqué no se estaba aplicando el principio de feedback que comentamos en la entrevista con los candidatos, que en ese caso era yo misma.

Analizando en profundidad detecté que debajo de ese sentimiento había una necesidad no cubierta de reciprocidad, necesitaba recibir y dar feedback. Así pues me dispuse a escribirle de nuevo empleando la CNV. Le expliqué la situación, los hechos que había observado y cómo me hacían sentir, expresé mi necesidad y formulé una petición por supuesto teniendo en cuenta también el esquema del otro, los hechos concretos que creo que ve, siente y necesita.

Esto me ayudó a deshacerme del «conflicto» y expresar lo que quería sin dar lugar a un enfrentamiento o situación incómoda.

Te recomiendo visitar este enlace para más información Asociación de comunicación no violenta

También puedes ver este maravillosos vídeo de Rosenberg. Solo escucharle es como un antídoto. Es largo así que tómate tu tiempo porque merecen la pena!

Sugiero que practiques la CNV contigo mism@,  cuando cometas errores, puedes usar el proceso de duelo y perdón hacia ti mismos que la CNV propone, para que te indique hacia dónde puedes crecer en lugar de quedarte atrapados en una serie de juicios moralistas.

¡Entrenemos la atención en los lugares que tienen el potencial para producir los resultados que buscamos!

 

 

 

 

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Yo no necesito un Coach

Querid@s lector@s,

Os doy la bienvenida a mi blog y os invito a una reflexión con este primer post.

Cuántas veces hemos empleado la frase «Yo no necesito…»? Yo misma la he usado en varias ocasiones por distintos motivos. Recuerdo cuando me gradué como psicóloga una charla con mis compañeros de clase dónde debatíamos sobre si un/a psicólog@ necesita de otro/a psicólog@. Algunos opinaban que no, que ellos ya conocían las técnicas y podían auto aplicárselas. Yo en cambio, entre otros, siempre creímos que para poder llegar a ser un/a buen psicólog@ debíamos ir a terapia y experimentarlo como pacientes. Pues con el Coaching sucede lo mismo.

Para ser un buen Coach y poder ayudar y motivar a otras personas a alcanzar sus objetivos, es muy recomendable vivir tu propio proceso de Coaching.

Y os preguntaréis tal vez, qué ocurre con aquellas personas que no ejercen como Coach, también lo necesitan? Bien, pues os comparto mi parecer. Partiendo de la base que todos somos humanos y tenemos emociones, pensamientos y realizamos acciones, habremos experimentado, estamos experimentando y/o experimentaremos, situaciones en las que sintamos frustración, falta de motivación, incertidumbre, miedos, o no sepamos dónde está nuestro norte o como llegar a él. Ahí es dónde el Coaching puede ser una opción muy útil para desbloquear, cuestionar, reflexionar, avanzar, y tomar las riendas de nuestras vidas.

A las personas a menudo nos cuesta pedir ayuda o admitir que tenemos algún problema y necesitamos un apoyo externo. Quisiera clarificar antes de seguir, que el Coaching trata con clientes que no padecen patologías, para esto ya está la psicología, que trata con pacientes. En el Coaching se confía en que el cliente tiene todas las herramientas y las respuestas. El Coach le ayuda a encontrarlas en él/ella a través de un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo.

Invito a probar un proceso de Coaching a todo aquél que se haya sentido identificad@ con las situaciones que se han mencionado en este post, también a aquellos que les haya despertado curiosidad, incluso a los que les haya generado «rechazo», para darse una oportunidad. Detrás de cada reacción hay unos juicios y creencias que pueden limitar o potenciar. Puedes descubrirlo a través de sesiones de Coaching. Escribiré más adelante sobre este tema en otro post.

Gracias,

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