Entender a una generación; los job hoppers

¿Quieres conocer como piensan, sienten y actúan los «salta empleos»?

¡Entonces, quedate!

Estarás de acuerdo conmigo si digo que estamos en una era de cambio, y que éste afecta entre otras cosas al mercado laboral y a su dinámica.

Pero el cambio no es igual para todos. A algunos les asusta, mientras a otros les motiva. Sea cuál se tu caso o posicionamiento ante el cambio, te interesará saber porqué el job hopping se ha vuelto una tendencia.

Para ello, es necesario hablar de las generaciones, ya que la cultura y la historia han influido de manera distinta en cada una de ellas.

Los Baby Boomers, esos incansables trabajadores, fieles a un mismo empleo de por vida. Tal vez pertenezcas a esa población tan entregada, con miedo al cambio o a perder lo que tienes. Eran otros tiempos, y el mecanismo de defensa de aferrarse a la estabilidad tenia sentido después de una guerra.

Les siguieron la Generación X, ni mediocres, ni angustiados ni inseguros. Con vidas activas, equilibradas y felices, según dicen los estudios. Fueron rebeldes en su momento, vieron nacer internet y actualmente están al frente de muchos negocios.

Y llegamos los Millennials o Generación Y, una generación que ha sido educada para seguir los pasos de sus padres, pero muy preparada, que tiene sueños y aspiraciones que no quiere dejar escapar. Se encontraron con una fuerte crisis y fueron bombardeados por los medios y otras fuentes con mensajes de inestabilidad, miedo y fracaso.

¿Y qué hicieron ante ese panorama?

En un inicio tratar de adaptarse a la demanda del mercado y conformarse con convenios de prácticas que raramente se convertian en un contrato laboral. Mientras, seguian preparándose para competir por los pocos puestos que se ofertaban. Las empresas tenian literlmente un «supermercado de candidatos«.

Afortunadamente, nos recuperamos de la crisis y a pesar de seguir presente ese discurso del miedo, algun@s soñador@s y valientes rompieron las reglas; renunciaron a trabajos precarios, viajaron para encontrar nuevas oportunidades, o perdieron un empleo y se dieron cuenta que prácticamente nada es para siempre.

Entonces, surgen interrogantes como:

¿Comprometerme con un solo proyecto o empresa? ¿Por qué trabajar para otros?

Empiezan a cobrar importancia otros factores más allá de los económicos, como la flexibilidad, la cultura y los valores de empresa. Buscando esa sensación de pertenecer a ese lugar al que dedicas tu tiempo, tu energia y tus ideas.

Y te preguntas… ¿Me compensa?

Este punto es fundamental resolverlo durante el proceso de selección, en la fase de entrevista. El candidato se vende para encajar en el perfil demandado y la empresa decide y elige. ¿Te suena? Pues bien, la realidad es que el candidato también evalúa, compara y también elige y decide. Es esencial que los reclutadores sean conscientes de eso. Se trata de un proceso de negociación, dónde la mejor opción es hablar del proyecto y del puesto de manera honesta y transparente, para asegurar un encaje entre las partes que garantice una buena relación.

Como profesional de los Recursos Humanos me he dado cuenta de la cantidad de errores que cometemos. De algunos no he sido consciente hasta que me ha tocado vivirlos como candidata.

Voy a resumir en 3, las peores preguntas/comentarios que me han realizado en diferentes entrevistas. Ahora todas me parecen sin sentido, es más, me atrevo a decir absurdas.

  1. ¿Por qué motivo has cambiado en varias ocasiones de empleo?
  2. ¿Dónde te ves en los próximos 5 años?
  3. Veo que has estado una temporada sin trabajar…

Ante esto solo se me ocurren dos opciones: responder de manera políticamente correcta (de la cuál ya me he cansado), o responder con dosis de realidad y sinceridad:

  1. He cambiado en varias ocasiones de empleo porque mi compromiso lo tengo con una idea, no con una marca. Y porqué ese compromiso debe ser mutuo. Cuando las reglas del juego no son un win-win, busco mejores oportunidades fuera, porqué se que las hay y confio en mis posibilidades.
  2. No sé donde me veo en 5 años, vivo el hoy. No tendria sentido pensar laboralmente en el 2025 si ni siquiera sabemos que nos deparará el 2020. ¿No crees?
  3. He estado una temporada sin trabajar porque me niego a aceptar lo que salga y porque las ofertas no llueven precisamente en los tiempos que corren.

Sí, he sido una Job Hopper, y ello me ha llevado a ser psicóloga, formadora y coach autónoma, orgullosa y satisfecha de haber tomado este camino. ¿Pero quién sabe mañana? ¿Acaso sabes tu dónde estarás? ¿Quien te lo garantiza…un contrato indefinido?

Espero que este mensaje haya llegado a tod@s, os sintáis identificados o no, para poner el foco más allá de nuestra versión de las cosa. ¡Os invito a reflexionar y por supuesto a comentar y compartir!

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